La semana pasada estaba yo leyendo tranquilamente a la luz de la estufa cuando escuché un estruendo en la calle. Me pareció que se trataba de una moto que había frenado bruscamente. Me levanté del asiento y me asomé a la ventana para observar y parado en la calle estaba un hombre vestido al mejor estilo de un trabajador vial -con indumentaria reflectiva-. Deben ser los basureros que vienen a manguear plata -pensé. Pero estaba equivocado. Cuando el hombre se quitó la escafandra que llevaba por casco , noté -no sin cierta sorpresa- que se trataba de mi viejo amigo el Gordo Morcilla. Corrí a buscar la llave para abrirle.
Cuando abrí la puerta, el Gordo estaba a punto de tocar el timbre y me parece que se asustó al notar que alguien había anticipado sus movimientos. Me asomé sonriendo y su cara cambió enseguida y esbozó él también una sonrisa. Nos saludamos efusivamente y lo hice pasar porque estaba fresco afuera.
Una vez adentro comenzamos a charlar y contarnos todo lo que nos había pasado durante el largo tiempo que no nos habíamos visto. Entre una cosa y otra, empezamos a hablar de política y ese es el centro de esta entrada. A continuación la voy a reproducir de la mejor manera que pueda, porque la conversación la tengo en la mente y no en un cassette o reproductor de mp3.
(Días atrás en el living de mi casa, el Gordo Morcilla y yo estabamos sentados ambos en un sillón junto al fuego -un sillón cada uno, no es que estuviera a upa-)
Doctor seisdedos: Che, ¿te acordás cuando le afanabamos toronjas a tu vecino y después nos subíamos a la terraza y se la tirábamos a la gente que pasaba por la calle?
Gordo Morcilla: ¡Jajajajaja!, ¡sí que me acuerdo! Pobre gente, no sabían que pasaba, quedaban shockeados.
DS: ¡Jaja! ¡es verdad! Me acuerdo que una vuelta le pegamos en la cara a una vieja y se le salió volando la dentadura ¡jajajaja!.
(carcajadas)
GM: ¡Qué buenos tiempos! No como ahora que vivimos preocupados por el campo, las retenciones, los cortes de ruta, la inflación y el casamiento de Wanda Nara. Ya no se que hacer, la guita no me alcanza para comer, ¡con lo que me gusta a mí!.
DS: Es que a los del gobierno les interesa un corno cualquier cosa fuera de quedar como los salvadores de la Patria. El ministro de economía está pintado, por ejemplo.
GM: ¿Cuál? ¿El Lustó ese?.
DS: ¡No, boludo! Ahora está Carlos Fernández. ¿No sabías vos que cambiamos más seguido de ministro de economía que Fantino su corte de pelo? Debemos haber tenido cuarenta ministros en los últimos veinticinco años.
GM: ¡¿Ya cambiamos de vuelta?! ¡Estos ministros duran lo que un pedo en una canasta de mimbre!
DS: A ver...hagamos memoria de cuántos fueron desde Alfonsín para acá.
GM: El primero de Alfonsín fue Bernardo Grinspun, aquél que le dijo al representante del FMI: "Si querés que me baje los pantalones, me los bajo". Las crónicas posteriores dicen que el cinturón le quedaba grande.
DS: Es cierto, después vino ese que era impronunciable...Surruil...Sorruil ¿cómo era?
GM: Sourrouille, Juan Sourrouille, el del Plan Austral. Duró unos cuantos años pero tanto Austral tanto Austral se terminó por ir a las nubes.
DS: ¡Ja! Después vino Pugliese, ¿te acordás?
GM: No yo creía que después de Sourrouille venía Jesús Rodríguez.
DS: No, ese fue el último de Alfonsín y después con Menem empezó Roig, pero estiró la pata enseguida y apareció Rapanelli, que no tuvo mucho éxito y se fue medio año después.
GM: ¡Ajá! Y ahí agarró la posta el Negro Erman González. Ese la hizo bien, se paseó por todos los ministerios habidos y por haber.
DS: Sí, hasta embajador fue. Pero tuvo tantos quilombos que el Turco lo tuvo que sacar y ahí Cavallo se convirtió en el nuevo ministro.
GM: En esa época, con el 1 a 1 aproveché para irme a Brasil y comprarme una casita de fin de semana en Colón.
DS: Todos hicieron eso. Pero volviendo al tema, Cavallo se hizo tan importante que Carlitos le pegó un boleo y puso a otro.
GM: Si, Roque Fernández. Ese no tenía mucha prensa y haciéndose el boludo llegó hasta el fin del mandato de Menem sin problemas
DS: Tenés razón. ¿Y con De la Rua quién empezó?
GM: José Luis Machinea. Duró un poco más de un año y cuando empezó a asomar la crisis del 2001 armó las valijas y se fue.
DS: Me acuerdo, me acuerdo, y ahí asumió López Murphy. Pero Ricardo no alcanzó ni a decorar su despacho que ya había tenido que irse.
GM: Entonces Mingo se puso la capa de super-ministro pero terminó acorralado y por poco lo cocinan en una olla popular.
DS: ¡Qué quilombo! ¿te acordás?, renunció el chupete y quedó Puerta como interino porque encima no teníamos vice hacía unos años. Y mirá lo que me acuerdo, como ministro de economía quedó Jorge Capitanich (N del R.: actual gobernador del ChaKo), pero ni siquiera alcanzó a conocer el despacho porque a los dos días eliminaron el ministerio de economía.
GM: Sí, descendió a la B y se pasó a llamar Secretaría de Hacienda, Finanzas e Ingresos Públicos. Y cuando asumió el Adolfo lo puso a un tal Rodolfo Frigeri como Secretario.
DS: Pero el Adolfo duró como Presidente el mismo tiempo que tardó Dios en crear el Universo, y eso que el Adolfo no descansó el Domingo.
GM: Muy cierto. Y lo eligieron a Duhalde como reemplazante para que termine el mandato de De la Rua y por fin un Presidente sentó cabeza después de tanto ajetreo. Duhalde ascendió la Secretaría a Ministerio de nuevo y lo puso a Jorge Remes Lenicov a cargo. Pero parece que no estudió en el verano y en marzo lo bocharon.
DS: Eso me lo acuerdo como si fuera hoy. Asumió Lavagna y ese sí que duró bastante. Tres años estuvo el tipo hasta que Néstor lo mandó a lavarse las patas.
GM: Bueno, y ya casi que no quedan más. Ahí agarró la Miceli que tuvo que salir del ministerio con una bolsa en la cabeza (y otra en el bolsillo) después de un escándalo.
DS: Sí y la reemplazó Peirano que para cuando se empezó a acostumbrar a que le digan Ministro llegó la asunción de LA PresidentA de todos los argentinos y argentinas y decidieron poner otro ministro más joven para darle un aire jovial al gabinete.
GM: Ese me gustaba a mí, Losteau. Parecía Andy Chango pero versión seria, lástima que no lo pudieron retener al gurí.
DS: Bueno y ahora está uno que se llama Carlos Fernández, porque viste que si te apellidás Fernández te ofrecen un ministerio ahora. Pero lo único que lo vi hacer es dar una conferencia que no se entendía un pomo, en dónde usaba mucho unas siglas: FOB, FAS, aunque yo creo que la que más le cabe es FUCK.
GM: ¡Qué loco! pensar que yo estaba pasado de moda ministerial. Ahora hasta podes pasar por fuera de onda porque lo ministros cambian más rápido que las colecciones de Louis Vuitton o Armani.
2 comentarios:
Cuánta verdad...
Será que seguimos atacando los síntomas, pero nunca la enfermedad.
Buenisimo.
Propongo a Barreda Presidente- Conchita Vice.
Asì no queda ningun politico en el gobierno. (Todos a limpiar arañas)
preta
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