martes, 28 de junio de 2011

De la traición y la comodidad del ignorante

El latín nos enseñó que todo río es un arroyo, que los alumnos somos seres aún sin luz, que recurrimos a la educación para iluminarnos y también que toda traducción es una traición. Y es sobre esta última enseñanza en la que me detendré en esta ocasión. Ya habrá momento para hablar de estudiantes ribereños o de aguas turbias.
Por el hecho de que vivimos en un mundo globalizado –mal que nos pese- y por haber sido (y seguir siendo) nuestras naciones colonias formales e informales de grandes imperios pasados y actuales, estamos en constante contacto con idiomas, culturas, símbolos y toda clase de sentidos que poco tienen que ver con lo autóctono de nuestra región. Hoy en día jugamos al “Need for Speed” en nuestra “PC” en el “living”, mientras tomamos una “7up” y escuchamos en “Fox Sports” que descendió “River Plate”. Nuestra cotidianidad está marcada por los avances de una cultura que no es la nuestra, pero que nos ha sido inculcada con un éxito tal que ya la creemos propia.
Es en este contexto en el que las necesidades de traducción de significados asumen una gran relevancia. Porque hasta que el inglés sea aceptado como idioma oficial definitivamente, necesitamos que nos digan qué significan las cosas que aún no hemos absorbido.
Letras de canciones, películas, series y programas de televisión, artículos de moda y productos tecnológicos nos hacen dependientes, día a día, de traductores y de traducciones, que le den un poco de sentido a las cosas que le quitan el sentido a nuestras vidas. Posta, me estoy convirtiendo en Narosky. Más allá del mensaje desesperanzador que estoy dejando traslucir, lo que aquí quiero resaltar es que es en estas traducciones de los productos extranjeros en las que se manifiesta con más claridad la verdadera raíz de la traducción. O en otras palabras, es en cada letra de canción traducida, en cada película doblada, en cada serie subtitulada donde queda de manifiesto que toda traducción es una traición.
Esto es así por el simple hecho de que algo se está adaptando –y toda adaptación necesariamente implica transformación- a otra cosa para lo que no está originalmente ideada. El resultado puede asemejarse más o menos al producto original, pero es imposible que se le iguale: se habrá producido algo total y necesariamente nuevo.
Esto queda en evidencia en cada emisión de tu serie favorita en el que te das cuenta que convirtieron un juego de palabras gracioso en una frase estúpida, en la que no entendés por qué carajo se ríen los reidores. Mucho más de relieve queda cuando la serie te la bajaste de internet y el que la subtituló es un pelotudo que no sabe inglés y no sabés para qué mierda se pone a traducir y la re concha de su madre.
Teniendo en cuenta la modificación que implica la traducción, algunos han optado por seguir otros caminos. Los institutos de cine a menudo se caracterizan por traducir los títulos de las películas extranjeras de una manera peculiar: o toman el sentido del título, o bien toman otra dimensión de la historia presentada en la película, o bien le mandan cualquier boludez medianamente marketinera, pasándose por el culo el título original. Porque es entendible que a “A Clockwork Orange” le hayan puesto “La Naranja Mecánica”, y hasta omitible que a “Meet the Fockers” la hayan re-bautizado “La familia de mi novio”, pero nadie en la puta vida va a entender por qué a “Home Alone” le pusieron “Mi pobre angelito”.
Otros han decidido que el camino a tomar dado el gran nivel de importación cultural registrado, es el del doblaje. El doblaje no sólo es el recurso al servicio de la comodidad del ignorante, sino también la más brutal deformación de sentidos, expresiones y sutilezas. Porque si la adaptación de un título, o los cambios que implica un subtítulo pueden modificar aspectos de la producción original, el doblaje puede llegar a cambiar totalmente una historia. Este procedimiento implica reemplazar sobre un mismo segmento visual, una pista de sonido por otra nueva, lo que hace imprescindible que el doblaje respete una cierta longitud métrica. En este contexto, se deja en un segundo plano el respeto al texto original, a las expresiones clave, a los recursos lingüísticos del guionista.
Amén de las valoraciones que podamos hacer respecto a estos demás, lo verdaderamente importante aquí es observar que la traducción es necesariamente la creación de algo nuevo. Bajo una base previa, sí, pero transformada en algo inédito. Quién leyó "Guerra y Paz", no ha leído jamás "Война и мир", y quién ha visto "Los pájaros", nunca disfrutó de "The Birds".




lunes, 6 de junio de 2011

Consejos útiles para las elecciones

Hace un año que la casilla de correo se ve atestada por los mails de fans reclamando que vuelva esta sección. Hace un año que la gente muere desamparada en las calles, a la vista de los maniquíes que trabajan en las vidrieras de los negocios de moda –esos con cara de perro, o posiciones anti-anatómicas, o de color negro... ¿entienden? ¡negros! ¡NEGROS! ¡Dios, a qué hemos llegado! Una sociedad que permite maniquíes negros está condenada a... Perdón, me fui de tema... volvamos–; decía, la gente muere angustiada, porque hace un año que no sabe qué hacer de sus vidas, y la principal razón no es la falta de una dirigencia política creíble, ni la acuciante crisis económica que destruye países sin piedad. Mucho menos tiene que ver la ola de frío polar que podría provocar nevadas en lugares nunca antes visto. Lo que le pasa al mundo, lo que adolesce el pueblo, lo que reclaman los estudiantes y obreros en marchas a Casa de Gobierno, lo que exigen los jubilados es una nueva tirada de...

Consejos útiles para personas inútiles

Hoy: Consejos útiles para las elecciones

Volvimos, señores y señoras. Ya no se escuchará más a las viejas declarar en las colas de los bancos, o supermercados: "Esto en mi tiempo no pasaba". A no desesperar, porque llegamos para aconsejarlos ante esta próxima época de disputas territoriales, malones entrando a lanzazos y flechas en las ciudades, soldados repeliendo el ataque a sablazos y disparos... no, no hablo de la época de la conquista, sino de la época electoral que está ya encima nuestro y a punto de devorarnos.
Por las calles afloran las caras de personas que ni sabíamos que existían, todas sonriendo macabramente desde las obras en construcción, o flotando sobre nuestras cabezas en los semáforos. Los cantos de las tribunas se transforman en coros propagandísticos. Los compañeros vuelven a disputarse las manos del General, y el rodete de Evita; the others se disputan el bigote de su líder, aunque esta vez la tienen difícil porque uno porta el bigote y apellido (combinación ganadora). Algunos le ponen fichas al colorado. Otros se creen que con hacer reír al pueblo basta. Total, lo van a estafar igual que todos, y así que mejor que mientras te estafan, te hagan reír, ¿no? No.
Algunos piensan que con su nueva máscara nadie se acordará de sus cagadas. Lamentablemente no se da cuenta que la máscara es cirugía plástica... porque te hiciste moco con el auto, ¿te acordás? ¿No? No, y no somos Niki Lauda, tampoco, que puede rajar a 300 km. por hora.
El otro se esconde en la pollera de la mamá... hasta hay quienes dicen que bajo esa pollera pasa más de lo que se cuenta.
En fin, que la temporada de patos se viene cargadita, y de gansos, ni les cuento.

{Interrumpimos esta redacción para dar paso a la apertura de un sobre. El sobre contiene diez mil guita, y un mensaje que dice que son mías a cambio de que me calle y empiece a enumerar los consejos. Luego de pensarlo un segundo, acepto, saco las guitas y las guardo en un bolsillo. Cierro el sobre –con el mensaje adentro–, lo meto en un balde y lo quemo –al mejor estilo Doc Brown cuando quema el almanaque deportivo. Fin del espacio publicitario}

Para no hacer más largo y tedioso, algo que ya es lo suficientemente largo y tedioso, sepan recibir –con los brazos abiertos, y la boca cerrada– estos consejos para las elecciones:
* Vote a consciencia. A consciencia quiere decir: no vote a tal porque le gusta el bigote, o porque tiene cara de buen tipo (nadie tiene cara de buen tipo), o porque "Filmus es lindo", o porque la abuela ayer compró "pescado para todos", o el viejo se pasa los domingos viendo fútbol gratuito, o la nena tiene una "netbook", pero no sabe ni por qué la tiene. 

* No sea sonso. No vaya a votar a las 7 de la mañana. Seguro que lo agarran para autoridad de mesa, y después no le pagan nunca los 100 pe, o 130 pe que prometieron. Además, se tiene que comer todo el día en una mesa entre dos tipos que se quieren sacar los ojos, sin comida, sin tiempo para ir al baño tranquilo. Consciencia civil, las pelotas. Las autoridades de mesa, al terminar la elección deberían ser condecoradas con la "Orden al mérito" y proclamadas mártires nacionales... cuantimenos.

* Si va a ver los resultados provisorios en los medios, sepa que: TN miente, Página/12 miente, Canal 7 miente, Perfil miente, Telefé miente... Crónica, firme junto al pueblo.

* No existen más las mesas femeninas y masculinas, ahora son todas unisex (por el tema de la revolución sexual, ¿vió?). Esto tiene ventajas y desventajas. Ventaja: Tiene un ámbito más de chamuyo, antes inexistente. Desventaja: puede que le toque votar junto a su  madre, lo que anula la ventaja anterior. Ventaja: Si usted es travesti, se ahorrará los chistes de autoridades de mesa y fiscales homófobos. Desventaja: Sea o no sea travesti, puede que lo manden a votar a la escuela Zibiaur, que queda allá por la otra punta del mundo, porque se les mezclaron las secciones.

* Sepa que puede irse a más de 500 km. para no tener que votar. Sepa también que necesita un certificado, así que elija bien hacia dónde rumbea 500 km. porque puede terminar en el medio del campo, sin policías que le avalen la falta de compromismo cívico.

* Hacer chistes sobre la manquedad de Scioli está pasado de moda. Ahora la cosa es el "bigote de Macri".

* No estoy seguro si hay sobres, pero si no los hay, olvídese de llevar fiambre para impugnar el voto. No sea salame. Si los hay, ídem.

Doctor Seisdedos,
asesor de campaña