viernes, 29 de enero de 2010

Chatura Social

El chat siempre me pareció un poco tonto, a falta de una palabra más descriptiva. Ojo, no hablo de los mensajeros –MSN, aMSN, el popular Yahoo Messenger- , sino de las salas públicas de chat, en donde se dialoga con gente anónima, de seudónimos extraños y lugares distantes.

Lo que quiero decir es que me parece de las maneras más ineficaces de llevar a cabo cualquier tipo de “logro social”: hacer amigos, buscar pareja, etc. No digo que no haya gente que lo haya conseguido, pero creo que hay métodos muchos más directos y efectivos; mucho más hoy que las redes sociales vía Internet te acercan mejor – “acercamiento” de algún tipo- a otras personas. Y sino, siempre lo más efectivo es el contacto humano. Pero volvamos al tema.

Pecaré de simplista, pero es tan estereotipable la persona que chatea que sería una pena no enumerar sus características: solitaria, poco atractiva en lo físico, sin muchas luces (la superficialidad de las charlas no lo requiere). Las conversaciones por chat son de tan bajo vuelo, tan monótonas, que se tornan aburridas a menos que tus deseos sexuales dominen completamente tu cerebro.

De cualquier manera, para ilustrar mi posición, he decidido meterme en el campo empírico, entrar a una sala de chat solo con fines científicos. O bueno... lo que sea esto. Estas fueron algunas de mis experiencias.

(click a las imágenes para ampliarlas)


Calentita_23 era sincera respecto de lo que esperaba encontrar, y como es lógico, apenas se dio cuenta de que yo no iba a ese juego, dejó de hablarme en el privado, aunque la vi metida en una intrigante charla en el salón público minutos después.

Pablo sincero bg pensó al ponerse ese nick que tal vez alguna mujer se sentiría atraída hacia él por considerar que era portador de esa cualidad virtuosa. Con seguridad no tuvo ningún éxito, ya que respondía instantáneamente mis mensajes. Debido a que "Plind" no deja traslucir género alguno, el creyó que yo era mujer, pero cuando le dije lo contrario, desapareció. Igual con lo de Julio César me sirvió para ilustrar un par de puntos.

Carolina... parecía una chica simpática. Hablé con ella un poco en el chat público, medio de rebote. Así que le hablé seguidamente por el privado; la saludé como correspondía y eso, pero ante la primer pregunta fuera del cuestionario regular, desapareció de la charla.

En fin, esa fue mi experiencia, y aunque no creo haber descubierto nada nuevo, me divertí un rato. Saquen (si así lo desean) sus propias conclusiones.