viernes, 14 de diciembre de 2007

En mi Barrio Sí se Consigue

Mi barrio es, por sí mismo, un lugar peculiar. Lejos de ser como esos enormes y modernos barrios porteños como Palermo y Nuñez, es un barrio discreto: más parecido a la Vecindad que administra el Señor Barriga, sin barriles pero con muchos chavos.
Ésta semana no fue una más para mi barrio, tuvimos el honor de recibir a nuestros nuevos representantes de la flamante Junta Vecinal electa, los cuales a través de una ceremonia que nada tuvo que envidiar a las más grandes del país. Ok, un poco sí.

El nuevo presidente, Rogelio Peruggio, luego de un conmovedor discurso de cuatro horas y media (en las que tocó temas de trascendental importancia como desagües, veredas y cestos de basura) rompió en llanto al agradecer a su familia, especialmente a su mujer, María Alberta (vicepresidenta) todas las horas de compañerismo político y el esfuerzo de respaldarlo hasta tan alto mando.

Luego se procedió a la jura de los integrantes del gabinete vecinal, compuesto por 25 integrantes, es decir, el 52% de los habitantes del barrio. Duró hora y media y la promesa consistía en la repetición pregrabada en cassette de la frase "Jura Solemnemente por Dios, por las calles Dorrego, Alberti, Saavedra, Nº136 y Nº136 bis y por los santos evangelios ejercer con honestidad y sobriedad el cargo, y de no hacerlo el pueblo y la comisaría nº12 juzgarán su trabajo." Después de ésto, cada secretario o ministro gritaban : "Sí, juro!" (gritaban porque a esta altura se había roto el micrófono) y todos aplaudían.

El acto terminó con un show de pirotecnia, consistente en tres cajas de fosforitos, diez cañitas voladoras y un acto coreográfico de estrellitas realizados por los más chiquitos. Los juegos pirotécnicos fueron donados con generosidad por el kioskero del barrio, Ministro de Comercio, Samuel Stranvalinsky.

Alrededor de las 4.30 am, todos los espectadores nos retiramos a nuestras casas, contentos porque tenemos la certeza de que ésta junta podrá de una vez por todas cumplir lo que promete, no como las cuatro anteriores que se limitaron a hacer del barrio un organismo para el beneficio propio.

El día siguiente me levanté a las 6 am, habiendo dormido poco más de una hora, pero ni el más pesado sueño podrá quitarme esta hermosa sensación: ¡Democracia! ¡Democracia, amigos!.


Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.
Cualquier error de ortografía es pura ignorancia.
Higleppi Plind y El Rincón del Gordo Morcilla se reservan todos lo nombres propios utilizados así como los derechos sobre éstos.

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1 comentario:

heguido dijo...

¡La democracia funciona!