Está científicamente comprobado que el ser humano, desde que nace hasta que muere, va envejeciendo y su cuerpo deteriorándose. A medida que ésto sucede una persona va atravesando diferentes etapas: infancia, adolescencia, veinte y treintañero, cuarentón, cincuentón, jubilado, anciano, centenario (raros casos), bicentenario (Robin Williams), matusalén (un caso), inmortal (no hay casos conocidos, aunque algunos dudan de Menem). En fin, durante estas etapas las personas concurren a celebraciones acordes a su edad. Acá en el Rincón hemos elaborado el práctico manual Conozca qué etapa está atravesando según a dónde va más seguido. A continuación un pequeño resumen, si quieren la versión completa manden un mail a rincondelgordomorcilla@gmail.com con todos sus datos (incluído el número de cuenta bancaria y clave) y se lo enviaremos a su casa.
Infancia: Aunque sea imposible recordarlo, asistimos a bautismos y cumpleaños de bebés. Eso hasta los cinco años en que empezamos a recordar. Desde esa edad y más o menos hasta los 12 o 13, los cumpleaños son todos iguales: muchas papas fritas, chizitos, puflitos, gaseosa, golosinas, piñatas, globos y sorpresitas, con diferentes actividades que pueden incluir desde deportes hasta actuaciones de payasos o magos.
Adolescencia: A los 12 o 13, cuando a los varones les empiezan a crecer los pelitos en las....axilas y las mujeres usan sus primeros corpiños y toallitas, los cumpleaños cambian un poco: las gaseosas comienzan a ser mezcladas con bebidas como fernet y gancia y en vez de ser a media tarde son de noche. Así y con ligeras variantes son los cumpleaños hasta que llegan los cumpleaños de 15, fastuosos o no tanto (depende el bolsillo del padre), con comida abundante, postres, barras, trajes (a veces), música, luces, etc. No es que no haya otro tipo de cumpleaños pero los de 15 se destacan muy por encima del resto.
Pasados los 15 (aunque algunos siguen yendo hasta los 18 años) empiezan las fiestas canilla libre, donde abundan el alcohol, los borrachos, las peleas y las minas (a veces). A los 17 o 18 (siempre y cuando no sean repitentes) llegan las recepciones, fiesta de despedida de la secundaria, donde abundan los trajes y los vestidos, con 40º C de temperatura a la sombra.
Veinte y treintañeros: Los cumpleaños siguen festejándose pero son más relajados, en algún pub o restó tomando unas cervezas. También y dependiendo de las amistades empiezan los casamientos que se mantienen hasta los treinta y pico. No hay mayores sobresaltos.
Cuarentones y cincuentones: Etapas caracterizadas por más encuentros familiares y laborales, y también frecuentes charlas en supermercados. La imposibilidad de soportar el ritmo de años anteriores obliga a las personas a restringir las celebraciones a tranquilas reuniones donde el vino y el asado están a la orden del día.
Jubilados: Justo cuando uno se desocupa de toda actividad y tiene tiempo libre de sobra para ir de parranda con los amigos se nos plantean dos problemas, a saber:
1) Aprendemos palabras nuevas como artrosis, reuma, diabetes, colesterol o próstata.
2) Algunos de nuestros amigos empiezan a estirar la pata.
Por eso las mayores celeraciones son las reuniones de clubes de abuelos y los velorios.
Ancianos: Sordos, con dificultad para caminar y para ver, es más frecuente ver a un médico o un farmaceútico que a un DJ o una bailarina del caño (a excepción de que vean Bailando, Cantando, Patinando o Lo que Sea por un sueño).
Centenario: Concurrimos a una fiesta e incluso somos el centro de ella. Celebran muchísimas personas pero nosotros no podemos más que mirar y sonreír (si tenemos dientes todavía). Nos hacen notas para periódicos, radios y cadenas de televisión y al otro día aparecen titulares como 100 años no es nada, 100 razones para vivir, Vejete de 100 organiza festichola (digno de crónica).
Bicentenario: Si usted es bicentenario y todavía tiene la capacidad de hablar es posible que nadie le lleve el apunte cuando diga que tiene 200 años o en el peor de los casos creerán que está loco. De fiestas, olvídese.
Matusalén: De fiestas no tendrá ni noticias, pero se convertirá en un ilustre personaje de frases tales como: Ése es más viejo que Matusalén, el almacén de acá a la vuelta tiene más años que Matusalén, entre otras.
Inmortal: El choznonieto* de Máximo Kirchner (hijo de Néstor y Cristina), Néstor V, rey del país de la Victoria y lo invitará a la ceremonia de canonización de su tatarachozno abuelo, Néstor Carlos I.
Aclaraciones:
*Choznonieto: 5ª generación, hijo del tátara tátara nieto.
1 comentario:
un par de criticas (aunque podrian ser mas)..
-en la infancia: ir a la colonia de vacasiones todos los veranos y hacer pijamas partys (7 años en adelante).
- en la adolescencia se podrian agregar los teenagers y ,en el caso de los varones, juntarse a ver "the film zone" despues de las 12 con amigos.
-en los veinte y treintaañeros falta claramente las despedidas de soltero y algun q otro "bulo"(esto ultimo valido tmb para los 40)
-en los jubilados se podria agregar
juntarse en la casa de las amigas a jugar a las cartas y tmb ir a la casa del nieto para q le explique como se usa el celular (atender llamadas, mandar mensajes, cambiar el ringtone, poner en bibrador, desbloquear-en el peor de los casos-, entre otros)
en adelante estan casi todos muertos asi q no vale la pena cualquier aclaracion..
Publicar un comentario