miércoles, 21 de febrero de 2007

Momento de enojo

Hoy me enojé. En serio. Es que me enfurece la gente que se cree demasiado grande como para asistir a ciertos eventos sociales (por llamar así a una pobrísima reunión que acabó teniendo menos del tercio de los esperados concurrentes).
Todo empezó cuando se pactó la hora y el lugar de dicha reunión. Y según pregunté el día anterior, habían sido avisados el trescientos por ciento de la gente, pero: ¡oh casualidad!, al día siguiente no fue nadie.
Al principio no sabía si pensar que habían complotado contra la organización o si se habían desentendido, o si... Pero todo se aclaró cuando horas después del fracaso, ya en mi casa, averigüe que la tan aclamada organización y repercusión del evento había sido una completa MIERDA. Nadie se había enterado y cuando me comuniqué con las organizadoras, con el único objetivo de re cagarlas a puteadas, casi me hacen creer que la culpa era mía, o del espíritu santo o de cualquier otro ser ajeno a ellas mismas.
Sus excusas no me detuvieron y no solo que estoy seguro de haberlas matado intelectualmente, sino que la cosa siguió. Ahora me dirigí a los (o mejor "las") que les nombré al principio del artículo: gente estúpida, que se creen muy importantes y creen que no es digno de ellas reunirse para tratar un tema vulgar con gente de minor category que ellas. Les dije que algún día se iban a dar cuenta lo ciegas que eran y cuando me quisieron sobrar, les dí un poco de lo que yo llamo ira escrita.

Para terminar con esta verborragia de "ira escrita", les digo a ellas, que ya saben quienes son (y quizás nunca lean esto) y a todos los que se crean más que los demás:

SON UNA MIERDA. SON IGUALES A LOS DEMÁS Y EL PENSAR QUE SON MEJORES LOS HACE MÁS ORDINARIOS TODAVÍA.

No hay comentarios.: