Los chinos inventaron la pólvora. Eso dicen los grandes estudiosos del mundo... y también la wikipedia. Por mi parte he llegado a la conclusión que la teoría del origen de las especies de Darwin está incompleta. En un resumen (poco más que simplista) de su teoría podríamos decir que el hombre desciende de los monos. Pido perdón a los darwinistas, pero en realidad creo que el hombre en una primera instancia desciende de los chinos, que al parecer inventaron todas las cosas útiles (y unas cuantas inútiles) del planeta, y en todo caso los chinos descienden de los monos, aunque eso también lo pongo en duda. Mi escaso saber en zoología histórico-geográfica no me alcanza para aseverar que en la China hubo o no monos de los que pudieran descender sus habitantes.
En fin, no era el objetivo de esta página sacar conclusiones apresuradas de algo que tardó millones de años en evolucionar... para arruinarlo en los últimos dos siglos. En una reciente conversación con un amigo me di cuenta de la engañosa propaganda política que se esconde tras la industria de los fuegos artificiales. Había comenzado esta charla diciendo: La pirotecnia le saca los ojos a los chicos, deja sordos a los jóvenes y le hincha las bolas a los grandes. A lo que mi amigo respondió: pero es un negocio lucrativo. Y ahí está la base de esta diatriba de poco nivel: Los fuegos artificiales, originalmente inventados para celebrar fiestas populares en la China, y también para matar y destruir (no se me ponga una excusa moral a esta razón: matar y destruir son actos que no discriminan a ningun tipo de persona) se convirtieron en un objeto más de consumo del mundo capitalista. Momento, a no apresurarse a sacar conclusiones, que esto no es defensa de ningún tipo de ideologías políticas, ni tampoco ataques. El centro de la cuestión es la pirotecnia.
Y tampoco se piense que lo mío es un cuestionamiento moral hacia la pirotecnia, no digo que es buena, ni tampoco que es mala. Eso no es discutible, la pirotecnia no tiene consciencia de sus acciones... no tiene consciencia (y se los asegura un panteísta). El enfásis está en los actores del mercado: vendedores-compradores, oferta-demanda. Y no hay que descuidarse de los productores de estas mercancías... y volvemos al principio. Hágase la siguiente experiencia: Tome un petardo común y corriente, busque una lupa y lea atentamente la etiqueta. ¿Todavía no se dio cuenta de lo que estamos hablando? Los cuetes son made in China (y a no ponerse en exquisitos porque citando a la Catalina: "digo chino en el sentido general. Por eso: chino o de países similares, que no son chinos pero son chinos igual").
Vio señora, vio señor... mucho comunismo, mucho Mao, mucho 1 hijo por persona pero los chinos fabrican los famosos petardos que le sacaron un ojo a su hijo, que hicieron sorda a la sobrina y que dejaron pelado al tío... ahh no eso no.
Más de uno estará pensando, bueno usemos la imaginación... pero los fuegos artificiales son una belleza, ¿y a eso que me decís?. Muy simple: esos fuegos artificiales que vemos salen carísimos, ¿o me van a decir que eso no es consecuencia del mundo consumista en el que vivimos? Y todavía hay más, sigan este razonamiento: Los compradores de fuegos de artificios y afines, como cualquier otro comprador, buscan que su adquisición sea la más bonita, la más ruidosa, la más grande, la más festejada... la más. El barrio, entonces, se vuelve el escenario de una carrera armamentista en dónde cada vecino pretende hacer ver su mayor poder (adquisitivo). En consecuencia, el mayor beneficiado de esto es el comerciante. Y más aún cuando se busca lo más, que además de todo lo que ya mencioné, es obviamente más caro. El que no tenga dinero para comprar esos bellos fuegos artificiales de precios exhorbitantes, se verá condenado a quemar los pocos pesos de un miserable sueldo en artefactos ruidosos (y molestos, según mi visión). Una vez más, el mundo capitalista deja a los que menos pueden al márgen de las cosas bellas.
Chau, me voy a tirar unos rompeportones a la casa de la vieja de al lado...
Chau, me voy a tirar unos rompeportones a la casa de la vieja de al lado...